El hombre que vive aislado desde hace más de 50 años por miedo a las mujeres

Callitxe Nzamwita, un hombre de 71 años, ha pasado más de medio siglo encerrado voluntariamente en una pequeña vivienda cercada por una empalizada de madera de 4,5 metros de altura.

Su historia parece salida de una novela, pero es real: desde los 16 años, cuando comenzó a experimentar una fobia intensa hacia las mujeres —un trastorno conocido como ginefobia—, decidió levantar su propio refugio para aislarse por completo de cualquier contacto femenino.

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Dentro de su recinto, Callitxe ha construido una vida que muchos catalogarían como extrema. Come, duerme y realiza todas sus actividades cotidianas sin cruzar jamás la puerta hacia el mundo exterior. Sus vecinos cuentan que rara vez lo ven y que el contacto con él se limita a los instantes en que se le lanzan alimentos y objetos por encima de la valla.

Curiosamente, la mayoría de quienes lo asisten son precisamente mujeres, quienes respetan su condición y le dejan lo necesario para sobrevivir sin tener que enfrentarse a aquello que más teme.La ginefobia, aunque poco conocida, es un trastorno de ansiedad que puede provocar ataques de pánico, sudoración excesiva y pensamientos de huida ante la presencia femenina.

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En el caso de Callitxe, esta fobia fue tan profunda que lo llevó a renunciar a la vida en comunidad, al trabajo en espacios abiertos e incluso a la posibilidad de formar una familia. Con el paso de los años, su pequeño refugio se convirtió no solo en su hogar, sino en una especie de “mundo alterno” donde ha pasado más de cinco décadas.Los psicólogos que han conocido su caso aseguran que lo de Callitxe es un ejemplo extremo de cómo una fobia no tratada puede definir toda la existencia de una persona.

Mientras muchos pacientes logran superar o al menos reducir sus temores con terapias y medicamentos, él nunca buscó ayuda profesional, convencido de que el aislamiento era la única manera de protegerse.Hoy, su historia genera debates en su comunidad: ¿es un símbolo de resiliencia, de alguien que aprendió a adaptarse a sus miedos, o una tragedia silenciosa de un hombre que sacrificó su vida social por el peso de una fobia? Lo cierto es que, tras más de medio siglo de encierro, Callitxe Nzamwita se ha convertido en una figura enigmática, rodeada de misterio y también de respeto, pues sus vecinos lo consideran parte esencial de la historia local, aunque viva tras una valla que lo separa del mundo.

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